viernes, 19 de enero de 2007

Al filo de los 20





Con todo el miedo que retengo en mis adentros, al fin he llegado. Algún día trate de imaginarme como sería llegar hasta aquí... sinceramente no recuerdo nada de aquella ilusión, pero estoy seguro que en nada se parece a la realidad. Últimamente he penado en los 17, ah, que tiempos aquellos, canciones, personas, recuerdos y... mucho de lo que ya no es más.

No soy más viejo que cualquiera otro que como yo, disfrute de este estadío, soy simplemente yo intentando parecer así. No apagare velitas, eso se quedo en el paso, además el pedir deseos es algo que ya no se me da, mi fe esta mellada...pensándolo un poco más: temo desear algo, pues siempre existe la posibilidad de que se hagan realidad y aquello que se guarda en la gran isla del inconsciente complica más las cosas.

Así pues, llegue hasta aquí: con poesías que ilusionan mi alma y silencios que la han corrompido, sueños que no puedo recordar, amores para olvidar y otros que ahí se quedaran encajonados en su baúl, amigos que hacen que los días oscuros sean un poco más claros, con más preguntas que respuestas, dilemas sin resolver, perdidas y triunfos... he llegado hasta aquí, siendo -como dice el poeta- como nunca he sido y siendo al mismo tiempo... yo mismo.

Yo, un reflejo del espejo que en ocasiones me engaña y cuando menos lo espero me devuelve las más disparatada realidades, yo, imagen concreta, borrosa, delineada, desdibujada, por la necesidad de la reinvención, de la constancia, yo, esencia intacta que perdura aún a pesar de todo cuanto la vida cocina con su sazón destino, yo y nada más que eso.

Seguramente a partir de ahora habrán más: poesías para colmar el oído, silencios para incomodar la conciencia, sueños por vivir, amores para sumar, amigos por conocer, preguntas sin respuestas y respuestas sin preguntas, dilemas repungnántemende obvios, más perdidas y triunfos... seguramente seguiré siendo simplemente como nunca y como siempre... Ignatius, Ignacio... el que muerde el polvo, pues el llegar a los 20 no cambia nada, sólo altera todo...

miércoles, 10 de enero de 2007

Después de un largo viaje... la casa parece más pequeña de lo que es en realidad. En navidad las estrellas brillaron más, o quizá fuen una alucinación mia, treta de mis antiguas emociones ahora dormidas... no lo se con exactitud, pero paso, así como un cometa de esos que regresan cada quinientos años así de rapidito para ver si aun a pesar de todo seguimos respirando.

Del año viejo ya ni hablar queridos amigos, pero la última de sus noches es como un borron y cuenta nueva, si como no, como si fuera tan facil arrancar la hoja y encontrarte con un nueva sin nada escrito, en fin, ahí estan los mausoleos -para arrullarar aquello de lo que duele hablar- y los pedestales -para ensalazar lo bueno. Qué importa, al final todo esta ahí y ahí se quedará... amen de ti y de mi....

Regrese, y ya les contare entonces.... del murmullo marino, de las arenas, de los fuegos y los martires que vislumbre en noches pernoptadas y días sin tiempo ni espacio......