domingo, 8 de abril de 2007

Recordar... los ilencios, las caricias, los besos. Esperar... aquí, mudo, tieso, muerto... que el tiempo sea sin ser nunca nada más que espera solitaria de la misma espera.


Qué diablos estoy diciendo, lo insulso es lo más sorprendente, lo rupestre lo más apasionante, gracia sin divinidad profana de los días soleados de ayer, qué sol hay cuando las nubes ciegan la vista, cuando la cruz es más grande y más pesada... coronas, espinas, epigas... espirales.
Revolución magnanime de los espirales que giran sin retroceder un solo segundo, un solo recuerdo... he mandado a lapidar tu tumba... algún día he de llevarte flores.



...¿Flores?... fragmentos de ilusión desperidicados, polen marchito para despistar a los fantasmas, un rastro para no perderse en los laberintos del cementerio al que nunca tenemos miedo de entrar, pero si de salir....











Sueño... el que escondo

Jardín... olvidado

Departamento... abandonado

Un día nublado.... mi corazón.




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